Anne y Jean-Luc |
En un año, a una persona le puede ocurrir muchísimo, le puede ocurrir poco o le puede ocurrir algo que cambiará su vida; por ejemplo, un nacimiento, una muerte, un viaje o simplemente conocer a alguien. En junio de 1966, Anne Wiazemsky (Berlín, 1947) escribió una carta a Jean-Luc Godard. En ella le decía que su película "Masculino Femenino" le había fascinado y que estaba enamorada del hombre detrás de la cámara; este hombre no era, por supuesto, Willy Kurant, el director de fotografía. Se trataba del hombre que estaba detrás, encima, debajo...del hombre que envolvía el cine francés de los años sesentas: Godard, 17 años mayor que Anne, recibió la carta; por azar, la leyó (pues no solía abrir el correo que le llegaba a Cahiers du cinéma) y corrió a buscar a la joven estudiante de bachillerato que la había escrito.
Después nos enteramos, entre otras cosas, que Godard y Anne ya habían tenido encuentros anteriores nada memorables y que Godard moría de amor por ella desde que la vio en "Au hasard Balthazar" (Bresson, 1966). Tras el encuentro definitivo -no ajeno a problemas y dudas-, no hay retorno. Lo que sigue es un intenso amor, conocerse sobre la marcha y esta marcha es veloz. De pronto, Anne -proveniente de una familia católica muy conservadora- se encuentra en un mundo totalmente nuevo para ella: el mundo JLG, lleno de cine día y noche, de citas en libros, de amigos famosos (Truffaut, Cournot, Francis Jeanson, Léaud, etc.), de viajes, flashes, rodajes, revolución...
La historia es entrañable. No solo por el marco, sino por el corazón. París en los sesentas es uno de los escenarios más atractivos en el que recaemos constantemente. Sin embargo, el verdadero valor de esta novela está en lo más íntimo, en el descubrimiento de la vida a través de los ojos de una joven de 19 años. Es fácil identificarse, emocionarse y afligirse con las dudas, con el miedo, con la admiración de Anne hacia Godard; y también con su la lucha diaria por ser ella misma, por buscarse y no dejarse aplastar por la figura tan poderosa y amada de JLG. Es un tira y jala constante y en medio está el gran amor, la iniciación, el aprendizaje, el enfrentamiento con la familia.
Cine confundido -fundido- con la vida misma: pasear a la perrita Nadja, pedir autorización para comprar pastillas anticonceptivas, pintar las paredes del nuevo apartamento donde se rodará "La Chinoise", ir a las clases de la universidad en metro, aburrirse en las clases, pelarse con la madre, lidiar con los celos de Godard, mentir para quedarse a dormir con él; y el cineasta llamando a Anne "mi animal-flor".
Nadja, la perrita media cocker, y Godard |
Una familia |
CITAS AL AZAR
He subrayado medio libro. La posibilidad de cita es infinita.
He subrayado medio libro. La posibilidad de cita es infinita.
Departamento de Godard y locación de "La Chinoise" |
La Chinoise, 1967 |
EL SOUNDTRACK